CHAC (Carlos Rodríguez Otero) – «Agua pasó por aquí»

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CHAC (Carlos Rodríguez Otero)
(1982. Actualmente vive en Bogotá)

Es artista, ceramista, caminante, e hidrófilo andino. Descubrió una intensa atracción por las aguas gracias a su maestra María Teresa Hincapié. A partir de ese encuentro, pasa de considerarse un artista de la Universidad de los Andes a ser artista de la cordillera de los Andes. Realiza recorridos por ríos y lagunas donde reflexiona acerca de la forma en que nos relacionamos con este líquido vital. Se interesa por la acción en sus trabajos, aunque no se considera un performer. En 2003 habita un árbol a orillas del Magdalena. Entre 2004-2010 pesca en los ríos canalizados de Bogotá. En 2012 siembra un cactus en su bicicleta y lo transporta por la ciudad en busca de lluvia. Investiga la interacción de las aguas fluviales con las montañas y el movimiento hídrico de minerales usados en procesos cerámicos.

 

«Agua pasó por aquí»

Ser ceramista implica tener en cuenta el ciclo del agua. Es gracias al agua que suceden los procesos erosivos que dan síntesis a los minerales útiles para hacer cerámica. De la roca volcánica el agua desprende minerales y los transforma químicamente creando arcillas. Luego el agua nuevamente transporta estas arcillas a través de ríos y las acumula formando depósitos que podemos excavar. Le debemos la cerámica a los ríos lodosos y embarrados. Mi fascinación por este ciclo contrasta con la forma en que tradicionalmente entendemos las aguas turbias de los ríos. Consideramos estas aguas como fuente de suciedad y enfermedad aunque en la antigüedad se veneraban las crecientes y avalanchas por dejar barros muy fértiles. La Peste Negra motivó la prohibición al consumo de agua de río en la Europa del siglo XIV. En Bogotá una serie de pandemias virales a comienzos del siglo XX causaron la canalización del río “Vicachá” y otros ríos, convirtiéndolos en alcantarillas y calles. Actualmente usamos la palabra “embarrar”, para referirnos a ensuciarse con algo o “la embarrada” para nombrar algo que está mal. A través de “Agua pasó por aquí” busco formas de separar el barro en sus componentes tierra y agua, invirtiendo el ciclo y volviendo a la fuente original de roca volcánica y agua cristalina. De esta manera, intento desvincular la suciedad y entender el lodo como algo con el potencial de limpiar.

 

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