Manuel Antonio Sánchez Sánchez
(Actualmente vive en Villa Pinzón)
Es licenciado en Artes Plásticas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia de Tunja, con formación en artes escénicas y experiencia docente en niveles de básica secundaria, media vocacional y universitaria. Su interés al campo de la investigación artística es sobre la memoria y el territorio, y desde hace dos años específicamente trabaja las fuentes hídricas y su importancia para la vida. Dentro de su investigación artística se destacan obras como Mito, La memoria de la tierra, La flor de la melancolía, Origen, Cuerpo y territorio y recientemente, Tuncabuco. La mayoría han sido realizadas dentro del campo de la docencia con el apoyo de los estudiantes y/o con la Fundación Cultural Elfo Azul. Actualmente, es docente en la normal superior María Auxiliadora de Villapinzón.
«Jugando con la vida (pelotas malabares)»
Para llegar a materializar esta propuesta primero tuve que desechar otras que por diferentes razones, como lo delicado de sus materiales o por su difícil elaboración, no podía ejecutarlas. Para llegar a proponer el trio de pelotas de malabar, partí de la consecución del objeto ya conocido y posteriormente comencé su intervención realizando algunos cortes sobre las mismas, retirando su contenido, tratando de conservar únicamente las luces y luego introduciendo el agua de río Bogotá en tres diferentes grados de pureza o contaminación (según su lugar de recolección). El primer lugar es la laguna del valle, ubicada en el páramo de Guacheneque en Villapinzón, donde nace el río Bogotá. El segundo, cuando hace su recorrido por el municipio de Suesca. Y el tercero y último, a la salida de la ciudad de Bogotá, antes de caer por el salto del Tequendama.
Luego de vivir en municipios como Quípama (Boyacá), San Gil (Santander) o Guayabetal (Cundinamarca), mi principal preocupación como artista gira entorno a las fuentes hídricas. La intención de trabajar este objeto partió de la necesidad de abordar temáticas relacionadas con el agua, el abuso en su explotación, y la falta de cuidado y amor hacia este recurso natural por parte de los seres humanos. El objetivo al cual me gustaría llegar es crear conciencia entre quienes lleguen a conocer y manipular las pelotas de malabar cuyo contenido es el agua del río Bogotá. Busco que la gente juegue con ellas y al hacerlo pueda reconocer que el agua es vida y que la vida no es un juego.