Sebastián Alvarado
(1986. Actualmente vive en Sogamoso)
Artista e investigador, docente de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, en Tunja. Magíster en Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la Ciudad de la Universidad Nacional de Colombia. Maestro en Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia (2013), con estudios en el Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali (2006 -2009) y la Escuela Superior de Artes de Tunja (2003 – 2005). Los intereses de su obra e investigación abarcan la producción plástica contemporánea, la historia y la teoría del arte, el cuerpo, así como en el psicoanálisis, la lingüística y la semiótica. Su proyecto de investigación Feminæ Pictórica: mujeres pintoras en Colombia para el Museo Nacional de Colombia, fue ganador en el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura (2015), fue nominado al Premio Sara Modiano para las Artes (2017), entre otros reconocimientos. Igualmente trabaja extensivamente para muestras nacionales e internacionales.
«Extraños conocidos»
Extraños conocidos surge de la reflexión en torno a centros de reclusión y aislamiento, no obstante, el conflicto complejo del cuerpo es el que traza los intereses de la propuesta. De esta manera, el encierro se piensa como una situación que excede el confinamiento físico. Por otra parte, los conflictos del cuerpo son comunes a los sujetos y en ese sentido, vínculos inexplícitos revelan anhelos de liberación que nos resultan cercanos o familiares. Los orígenes de la pieza se remontan a situaciones personales (aislamiento en una geografía descentralizada) y a vínculos con presos, suicidas y prostitutas que remiten a tensiones físicas y emocionales, más allá de una cuestión de género o de una circunstancialidad específica. Respecto a lo anterior inferimos que no sólo la mujer se prostituye, que hemos atravesado depresiones y que el encierro físico obliga a pensarse como sujeto, por ejemplo.
Nos enfrentamos así, a tres cartas mecanografiadas que expanden el entendimiento literal del texto a un encuentro simbólico con personas desconocidas. Estas cartas van dirigidas a sujetos en crisis, sometidos a un conflicto íntimo de cuerpo. Finalmente, estas cartas se disponen en tubos de probeta y van acompañadas de un taumatropo: juguete que en cada cara reproduce un pájaro y una jaula vacía y –que al ser girado con la mano– nos da la ilusión de que el pájaro está encerrado o en libertad. De esta manera, los extraños conocidos son parte del yo que ha visto en otros una crisis transversal que le aporta a su propia reflexión de cuerpo.
*Fotografías cortesía del Ministerio de Cultura