El proceso investigativo se desarrolló en diferentes fases. Por un lado, se confrontaron los resultados obtenidos de las herramientas de participación (cuestionario, entrevistas, voz a voz, socializaciones) con relación a una reflexión teórica en la que se planteó al participante bajo la figura del «artista ignorante»; es decir, aquel que no sabe qué sabe o que no se especializa en una temática, pero que es capaz de conducir a ella. Esto construyó la base conceptual de un proyecto que levanta el territorio de la zona centro como un lugar donde el pensamiento ocurre a través de un artista que hace preguntas; un artista que, como habitante e intérprete del mundo, es capaz de pensar, entender y transformar el mismo desde una mirada que aporta nuevas sensibilidades a la problemática.
Posteriormente, entre octubre y diciembre del año 2017, la asistente de investigación realizó revisión de material de prensa nacional y regional (zona centro) del periodo comprendido entre el año 2002 y 2017. Este se usó como fuente de información para relacionar los sucesos ocurridos en la zona respecto a los 10 vectores planteados por el proyecto (fuentes hídricas, gentrificación, no-humano, autogestión, basura-residuos, centros de aislamiento, turismo, fronteras, minería y saberes). Estas, junto con la información que arrojaron los participantes, permitieron verificar y situar al territorio y sus problemáticas por medio de una fase corta de trabajo de campo.
Por otro lado, La Caja para Des(centrar) era un elemento determinante para el proyecto, de tal modo que se buscaron diferentes espacios y momentos históricos en los que la caja-maleta se mostraba como un dispositivo latente dentro del arte, funcionando como medio y fin. Un mecanismo al que el arte ya había otorgado la posibilidad de contener –física y simbólicamente–, para luego desplegar contenidos –física y simbólicamente– en diálogo con los contextos del instante. Se realizó, entonces, un acercamiento a algunas de las versiones realizadas por instituciones museísticas en las que la caja-maleta funcionaba como “fuga del museo” permitiendo que el museo llegara a la población; entre ellas: La Maleta Didáctica del Museo Nacional, la Caja Botero del Museo Botero, la Maleta de educación financiera del Museo Banco de la República y La maleta viajera del Museo del Oro.
Socialización Nº 1Bogotá, 22 de septiembre de 2017, 5:00 pm
Facultad de Artes, Pontificia Universidad Javeriana
EQUIPO CURATORIAL
Nicolás Leyva Townsend
Claudia Salamanca Sánchez
ASESOR
Ricardo Toledo Castellanos
ASISTENTES DE INVESTIGACIÓN
Camila Duque Jamaica
Monica Torregrosa Gallo
DISEÑO
Juana María Bravo
PRODUCCIÓN
Natalia Dávila Castillo
REGISTROS
Mónica Torregrosa Gallo
Pablo Rincón